El Cristo del Pacífico, un monumento de 34 metros muy similar al Cristo Redentor o Cristo del Corcovado, de Río de Janeiro, se instaló el pasado jueves en el Morro Solar, un lugar emblemático de la capital peruana.
Este conjunto de cerros fue escenario de importantes batallas durante la guerra del Pacífico contra Chile (1879-1883) y fue declarado patrimonio histórico de Lima en 1986.
Aunque el presidente García ha defendido la obra diciendo que "Cristo convoca a la mayoría de peruanos" y que "será un punto de peregrinación", desde la alcaldesa de Lima, Susana Villarán, hasta expertos en historia y urbanismo han criticado la obra por "poco auténtica, fea e inútil".
"Que Lima copie a Río, con todo el cariño que tenemos por Brasil, no tiene sentido", asegura Augusto Ortiz de Zevallos, el arquitecto que dirigió el plan de desarrollo urbano para Lima y ahora asesora a Villarán.
Además de decir que es una copia, Ortiz de Zevallos destaca su poca calidad estética: "Lo del Corcovado es una estatua valiosa, reveladora de una época.
Esto es una figurita bastante banal; entonces, que ese gigante sin calidades artísticas se apodere del espacio más importante de la ciudad irrita, es algo que no ha sido debatido.
De haberlo sido, la gente habría objetado la poca pertinencia y calidad del proyecto".
A las sospechas por la rapidísima aprobación del proyecto se suma la posibilidad de que sean los limeños quienes terminen pagando el mantenimiento de la obra, que incluye un pasadizo interno y una instalación de luces. "No está claro quién va a pagar la factura mensual de esta improvisación", señala Ortiz de Zevallos.
Limeños se oponen en redes sociales
'No al Cristo de Alan' y 'No al Cristo de Gordovago', dos grupos creados en Facebook para expresar el rechazo al monumento, suman ya más de 7.000 seguidores, mientras que el grupo que apoya la obra, 'Sí al Cristo de Alan', apenas supera los 150 seguidores.
María Camila Hernández*
Redacción Internacional
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